¿Arrancando con un acuario plantado?

Primero que nada queremos establecer que un acuario plantado, no es más que un acuario con plantas naturales. Ahora bien, lo ideal sería que estás plantas naturales puedan vivir y reproducirse sin problemas, y es aquí donde nos centraremos en este primer capítulo. 

Las plantas para vivir necesitan principalmente luz, por lo tanto es lo primero a considerar.  Hay plantas que requieren una iluminación con detalles técnicos específicos (lo que normalmente se indica mediante datos como lúmenes, espectro y temperatura) y otras que no son exigentes en absoluto, es más, hay plantas que con apenas un poco de iluminación podrían vivir sin problema, por ejemplo la mayoría de las anubias.  

Además de luz, las plantas requerirán nutrientes para sobrevivir. Éstos se pueden clasificar principalmente en base a la cantidad en que son consumidos por las plantas y se diferencian entre  Macro nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio o mejor conocidos como NPK) o los que más necesita la planta, y micronutrientes (hierro, fósforo, magnesio y azufre entre otros) que son los que se necesitan en menor medida. 

Es de destacar que gran parte de estos nutrientes se generan de forma natural, mediante los desechos de los peces y el propio ecosistema del acuario  (macro) y otros se proporcionan con cambios de agua frecuentes (micro) . Es por esto que una forma muy útil y básica para que nuestras plantas se vean bien, es cambiar el agua semanalmente. De todos modos, puede que esto mecanismos no sean suficientes y por lo tanto será necesario aditar los elementos mediante diferentes sistemas (sustratos sólidos, fertilizantes líquidos, pastillas nutritivas). 

Otro punto a considerar es que las plantas de necesitan carbono para construir el tejido que les permite crecer, y lo obtienen a partir de la descomposición del  CO2 en el agua (co2 que puede proporcionarse mediante un reactor, mediante un tanque o simplemente de forma natural con la respiración de los peces y las plantas por la noche). 

Retomando el primer punto, cuando hablamos de iluminación debemos considerar las necesidades de la planta, como mencionamos, hay plantas que perfectamente viven con poca luz como los helechos, anubias y cryptocorine en general, y otras que requieren de iluminación de muy buena calidad, como las alteranthera reinikii, ludwingia red rubí, o diferentes variedades de tapizantes. De igual forma que con la luz, hay plantas que serán más demandantes que otras en cuanto al aporte de nutrientes y a la necesidad de un aporte externo de dióxido de carbono (CO2).

Como mencionamos, una forma de aportar nutrientes es mediante el suelo y en este punto podríamos diferenciar dos grandes tipos, los inertes (que no aportan nada a las plantas) y los que podrían llamarse reactivos, o que de alguna forma por su composición contribuyen a que nuestra planta adquiera nutrientes a través se sus raíces.

Cabe destacar que las plantas pueden adquirir los nutrientes desde las raíces o desde sus hojas, algunas de ellas prefieren hacerlo de la primer forma por sobre la segunda y es por esto que cuando vamos a plantar, debemos tenerlo en cuenta. Una vallisneria, que si bien no necesita un sustrato nutritivo para vivir, prefiere obtener nutrientes desde las raíces, y agradecerá si se colocara un suelo nutritivo. 

En cuanto a los suelos inertes, la granulometría depende de su uso, suelos muy finos se usan para realizar terminaciones como “senderos” y no para plantar, esto se debe a que con el tiempo pueden llegar a compactarse de tal forma que afecten las raíces de las plantas. Por el contrario, si el grano es muy grande (como el canto rodado) habrá un gran flujo de agua y por lo tanto de oxígeno, las plantas van a poder consumir nutrientes que se aditen directamente en la columna de agua (fertilizantes líquidos) pero si se usara suelos nutritivos, podrían perder su efecto por el barrido del agua. Se dice que lo ideal para un plantado, es un grano parejo que esté entre 1 y 3 mm, con bordes redondeados y no filoso.  

En lo que refiere a suelos “reactivos”, hay una gran variedad de opciones y todas ellas tienen como objetivo que las plantas pueden obtener sus nutrientes, mediante las raíces. Por un lado podemos encontrar suelos nutritivos, que por su composición aportan nutrientes a las plantas. Dentro de esta categoría se encuentran los suelos comerciales como Fondo Vivo de Prodac, arenas de Seachem, Amazonia de ADA. Algunos de estos suelos se puede poner directamente en el acuario y plantar, mientras que otros se colocan y encima de ellos hay que colocarles una capa que los selle, como es el caso del Fondo Vivo que requiere una capa encima de suelo inerte.

Otro tipo de suelos son los “caseros” que normalmente están conformados por arcillas (gran capacidad de intercambio iónico lo cual le permite “atrapar” nutrientes disueltos y éstos son tomados por plantas a través de sus raíces), humus (por su gran aporte de minerales) y/o turba (acidifica el agua), más arena inerte. Estos suelos tienen como objetivo crear un equivalente a los suelos nutritivos comerciales, mezclando componentes que aportan diferentes características. 

Los suelos nutritivos tienen una vida útil que va de 2 a 5 años, dependiendo de la calidad y el uso que se haya hecho del mismo. Una vez transcurrido este tiempo, se recomienda cambiarlo o compensar con fertilizantes líquidos (lo cual nunca llegaría a ser lo mismo).

Finalmente, a la hora de montar un acuario recomendamos decidir qué es lo que queremos lograr, cuánto estamos dispuestos a invertir y el tiempo que podríamos llegar a dedicarle a nuestro acuario. Recuerden que podemos armar un lindo acuario con plantas, simplemente eligiendo correctamente plantas “sencillas” o bien podemos introducirnos en el mundo de los plantados con mayor profundidad, como seguiremos describiendo en próximos artículos. 

Equipo Acuaworld